¿Os habéis parado a pensar de qué depende que tengamos un buen día? Ya lo he hecho muchas veces pero creo no haber llegado nunca a la misma conclusión.
Sea porque nos toca madrugar más que el día antes y no hemos descansado debidamente, o está lloviendo y se nos estropea el coche de camino a una reunión, o porque escuchamos un “NO” inesperado,